Muchas veces te sentí dentro de mí, cada golpe, patada o caricia fue una señal de que eras real. Pasaron los días y los meses, ansiaba tanto verte. Sin conocerte mi amor hacia ti ya era infinito, imagina cuando te vi por primera vez, una lágrima corrió por mi mejilla de alegría, sabía que eras tú.
Desde entonces te he visto crecer y cada día que paso junto a ti, ese amor se hace más fuerte e inquebrantable. Nos vemos, nos hablamos, nos queremos, nos amamos. Te siento, te presiento. Es un amor sin explicación, es un amor infinito.
Deja un comentario