Llegaron a mis oídos como un dulce trinar, no lo sospeché ni siquiera las esperaba. Entraron sin tocar, sin pedir permiso, solo con su volar. Palabras de amor escuché y paralizada quedé. No supe qué hacer. Llorar, reír, brincar, bailar…
Llegaron a mis oídos como un dulce trinar, no lo sospeché ni siquiera las esperaba. Entraron sin tocar, sin pedir permiso, solo con su volar. Palabras de amor escuché y paralizada quedé. No supe qué hacer. Llorar, reír, brincar, bailar…